UN LUGAR PARA SOÑAR

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puesta de sol en la Alhambra

viernes, agosto 11, 2006

Extremadura:mi gran descubrimiento

Uno de mis grandes descubrimientos de este último año ha sido Extremadura, un paisaje lleno de contrastes, de naturaleza, de historia, de cultura, de gastronomía y buenas gentes.
Realizar un viaje por Extremadura, en principio, encierra un pequeño problema... ¿qué ver y qué descartar? ¿por dónde empezar la ruta y cuándo concluirla?. Os prometo que para nosotros ése fue el mayor problema, porque hay mucho donde elegir: Las Hurdes, la Sierra de Gata, el Valle del Jerte o el del Ambroz, la Vera, el Parque Monfragüe, el Campo Arañuelo, la Raya, la meseta trujillano cacereña, la tierra de Barros, las Vegas del Guadiana, la Siberia, la ruta de los embalses, Tentudía y la Sierra Sur...diferentes comarcas, todas ellas con algo especial y lleno de encanto.
Nosostros, finalmente, nos decidimos por realizar una interpretación bastante abierta de la famosa Vía de la Plata combinada con la ruta de la Raya, un recorrido que permite gozar de la naturaleza, de monumentos prehistóricos, ruínas y grandes monumentos romanos, fortalezas árabes, barrios judíos, castillos cristianos, catedrales, ciudades medievales...
Espero que a través de estas líneas os animeis a hacer un viaje como este y lo disfruteis tanto como nosotros.
Para nuestro viaje elegimos el mes de Mayo: la temperatura es ideal para recorrer tanto el campo como la ciudad, la naturaleza está en su máximo esplendor, hay pocos turistas, las carreteras están bastante tranquilas y los días comienzan a alargarse.
Salimos de Madrid de buena mañana el domingo 7 de Mayo y, atención, primer descubrimiento: el fin de semana de entrepuentes la carretera de La Coruña está vacía, ¡ lo prometo !, durante 240 kilómetros viajamos prácticamente solos, fue increíble.
Nuestra primera parada fue Hervás, en pleno corazón del Valle del Ambroz. Casi todo el mundo ha oído hablar de la histórica judería de Hervás, y realmente merece la pena ser vista y recorrida, pero lo que a mí más me llamó la atención fue el constante sonido del agua recorriendo las calles de esta parte de la villa; la judería no sería tan mágica sin esa incesante banda sonora, que se escucha no sólo en las proximidades del río, también en las callejuelas más empinadas y estrechas de la judería.
Para contemplar la mejor vista y hacerse una verdadera idea del conjunto lo mejor es subir las empinadas calles hasta la iglesia de Santa María y rodear la parte que queda de su antigua muralla medieval, y una vez recobrado el aliento, volverlo a perder contemplando el exuberante paisaje de bosques de castaños y pinos que se extiende sobre la población, los abigarrados tejados de la sinuosa judería que se amontonan a los pies de la muralla llegando hasta el rio, o el trazado de calles más nuevas y amplias con cuidados jardines.
Un detalle más si visitas Hervás: te invito a que encuentres los restos de unas columnas templarias que hoy en día se encuentran sujetando un balcón junto a la Policia Municipal.
Desde el Valle del Ambroz nos desplazamos al Valle del Jerte y para ello no tuvimos más remedio que atravesar el sinuoso puerto de Honduras; son poco más de 30 kilómetros de incesantes curvas, por una carretera estrecha, sin arcén, sin quitamiedos y con pendientes de un 20-25%.
Si consigues no marearte podrás disfrutar del paisaje y de los caballos salvajes que pueblan la montaña.
Te recomiendo que cuando llegues arriba te detengas para contemplar el paisaje.

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