UN LUGAR PARA SOÑAR

UN LUGAR PARA SOÑAR
puesta de sol en la Alhambra

sábado, junio 28, 2008

Por una vez, todos orgullosos de ser españoles

España es finalista del Campeonato Europeo de Fútbol, y la euforia se ha desatado. Aún queda ganar un partido contra Alemania, pero nadie parece dudar de que lo va a conseguir. Desde que, tras 90 minutos de partido, una prórroga y penaltys, la Selección Española de fútbol consiguiera acabar contra Italia y la maldición de cuartos, el país vive como en una nube, y mucho más tras ganar con rotundidad a los rusos. Parece que ya no exista crisis o desaceleración económica; la subida del euribor y la bajada de la Bolsa no parecen afectar a nadie; el gasóleo, la gasolina, las frutas, la leche, y montones de productos más que se encarecen día a día han dejado de preocupar; no hay malas noticias, es más, no hay noticias, sólo se habla de España, de su selección de fútbol y de la roja.
El fútbol parece poderlo todo, sobre todo cuando casi todos van con el mismo equipo. Incluso ha conseguido que miles de banderas españolas ondeen por el país y por toda Europa sin que nos de vergüenza, sin que por ello se hagan discriminaciones políticas. Y, aunque esto del fútbol me tiene un poco harta, me siento orgullosa de ver que los que me rodean se sienten orgullosos de ser españoles, de enseñar sus colores y no por eso insultar a nadie. Cualquier francés, italiano, americano, inglés o de cualquier otra nacionalidad se siente orgulloso de su patria, de su bandera y la exhibe, ¿por qué aquí no?.
Aunque sea consecuencia del fútbol, viva España, los españoles y su bandera. ¡Ah! Y que dejen el himno como está y que cada uno lo cante como quiera, con chunta-chunta o la-la-la-la.

lunes, junio 02, 2008

Lanzarote, una isla que no te dejará indiferente

Lanzarote puede ser un buen destino para tus próximas vacaciones, o para un escapada de fin de semana, o para cualquier momento, porque, seguro que si vas, te quedarán ganas de repetir.

La isla está a poco más de dos horas de Madrid, y hay compañías de bajo coste que vuelan diariamente a Lanzarote por muy poco dinero, con lo que se puede decir que en menos de tres horas podrás estar disfrutando de playas de aguas cristalinas, paisajes volcánicos, pueblos blancos, eterna primavera, una arquitectura tradicional y a la vez moderna totalmente integrada en el paisaje, amplia oferta cultural, tierras negras, vistas alucinantes, tranquilidad,...de casi todo lo que tú quieras.

Cada una de las islas que conforman el archipiélago canario es muy diferente entre sí, y ésta, la antigua conejera, destaca sobre todo por la gran cantidad de volcanes que se extienden de noreste a suroeste, volcanes que entraron por última vez en larga y lenta erupción en el siglo XVIII, modificando parte de su geografía y dotando a la isla de un paisaje casi lunar que contrasta con oasis de palmerales, como Haría, playas de arena blanca y fina, como las de Punta del Papagayo, de arena negra, como las del Golfo y los Hervideros, y urbanizaciones perfectamente integradas en el paisaje.


En Lanzarote la naturaleza y las explosiones volcánicas lo hicieron casi todo, y la mano del hombre, más concretamente la del artista César Manrique, que está presente en toda la isla, supo sacar provecho de ese paisaje único uniéndole elementos de la arquitectura tradicional conejera, creando espacios dotados de belleza y espectacularidad.
Si buscas algo más que playa, y de verdad, las playas son maravillosas, Lanzarote te ofrece unas cuantas alternativas.
Puedes empezar con una ruta por el norte de la isla, donde no puedes dejar de ver los Jameos del Agua, la Cueva de los Verdes, el Mirador del Río, las playas de Famara, Haría y el Jardín de Cactus.

Para los canarios la palabra jameo significa una oquedad formada en una cueva volcánica al desplomarse el techo de ésta; son cuevas de lava a cielo abierto. Los Jameos del agua son producto de una explosión acaecida en el volcán de la Corona, y son grutas y tubos de lava que se prolongan por espacio de varios kilómetros, adentrándose hasta el mar. Sólo es visitable una pequeña parte de este intrincado laberinto, en la que es notoria la mano del genial César Manrique. Hay que descender una empinada escalera de piedra para encontrarte con un exótico jardín que hace que inmediatamente te encuentres en medio de un oasis de tranquilidad y armonía, en el que la naturaleza, la luz y el agua son los auténticos protagonistas. Desde este lugar se inicia el Túnel de la Atlántida, una gruta sumergida en el océano, al que sólo los submarinistas tienen acceso; pero los turistas debemos dirigirnos al gran lago subterráneo, un lago de agua salada en el que un pequeño orificio natural abierto en el techo ilumina la gran cueva e incluso te permite ver a los únicos pobladores de este lago, unos minúsculos cangrejos ciegos, propios de aguas mucho más profundas, pero que han hecho de este lugar su nuevo hábitat. Desde esta gruta natural pasamos a un espacio a cielo abierto, luminoso y blanco, en el que el azul del cielo se refleja en su blanca piscina, y donde la vegetación y la roca volcánica terminan de armonizar el conjunto. En esta zona varias terrazas te permitirán contemplar un paisaje único, rodeado del océano y los volcanes, y visitar la casa de los volcanes. Desde aquí se pasa al jameo grande, un auditorio muy singular, y más allá de este continúa la mayor parte de la gruta, no accesible para los visitantes, que llega hasta el volcán de la Corona, aunque a medio camino se encuentra la Gruta de los Verdes.

Si quieres ver la Cueva de los Verdes, tendrás que pagar de nuevo, aunque merece la pena recorrer un tramo de casi dos kilómetros en los que disfrutarás de las formas que la lava al solidificarse y enfriarse fue realizando, de los distintos colores de las piedras, de estafilitos, de rincones y galerías, de un gran auditorio y de una sorpresa final que no te desvelaré, pero que seguro te gustará. Además, la cueva posee un microclima propio, siempre en torno a los 18º-20º, y un constante flujo de aire, por lo que no existe ninguna sensación de claustrofobia. La lástima es que no te dejan continuar por el túnel hasta el volcán, si no que por una galería superior se sale nuevamente a la superficie.

Cuando sales de la cueva a la superficie, el paisaje te hace entrar en un shock: una llanura inmensa, practicamente desértica te rodea, y al fondo ves el volcán de la Corona, y más allá, la cadena de volcanes, es un paisaje casi desolador, así que, no pierdas tiempo y sigue el recorrido.

Si continúas hacia el norte puedes llegar hasta el Mirador del Río, pero, te recomiendo que no pagues la entrada, porque lo bonito del lugar son las espectaculares vistas que desde este mirador se tiene de la isla de la Graciosa. Unos metros más allá por la misma carretera que te ha llevado hasta el mirador puedes contemplar el mismo paisaje por un precio inmejorable. Porque, en Lanzarote todo cuesta dinero, y, la mayoría de las cosas más de la cuenta. Lanzarote es la isla más cara del archipiélago, y la cesta de la compra más cara de toda España. Económicamente hablando sólo merece la pena el tabaco, la perfumería y algunos licores, lo demás está por las nubes, incluyendo cosas tan básicas como el agua, las patatas,la fruta o la leche. Alguna pega tenía que tener.

Volviendo a nuestro recorrido para terminar el día te recomiendo que desde el Mirador te dirijas hasta Haría, una población famosa por su palmeral. Aquí el paisaje es completamente diferente a cualquier otro lugar de la isla, te encuentras en un valle llamado el Valle de las 10.000 palmeras,un oasis de casas blancas rodeado de palmeras y otros árboles y rodeado de montañas volcánicas. Y, si continúas por la abrupta carretera, desde la que se tienen las mejores vistas de Haría, finaliza la jornada dirigiéndote a la playa de Famara. Son casi tres kilómetros de arena fina de color dorado a los pies de un acantilado de más de 500 metros de altura y casi totalmente vertical. Es una playa salvaje y peligrosa por el fuerte oleaje, ideal para la práctica de surf, pero es una delicia, si no hace mucho aire, tumbarte en alguna de sus dunas, pasear por la orilla e incluso remojarte con alguna de sus olas. En esta zona, además, el turismo es prácticamente inexistente, hay alguna que otra casa, pero desde luego, la masificación no existe y el paisaje es precioso.
Por hoy lo dejo...pero todavía hay mucho más que conocer y ver en Lanzarote.

Tormentas nocturnas

Me gusta ver llover de noche, a cubierto, desde la terraza de mi casa y observar como el agua discurre por la pendiente, calle abajo, formando regueros.
A esas altas horas de la madrugada, cuando la ciudad está casi en absoluto silencio y sólo se oye la lluvia, las gotas chocando contra el suelo, repicando en las carrocerías de los coches y regando las plantas.
De pronto, por la cuesta aparece despacio un coche, y con sus faros alumbra el brillante asfalto en el que se reflejan las gotas que caen formando perfectas ondas circulares.
El eco aumenta, el sonido es más fuerte y la cadencia rítmica aumenta más y más. Ahora cae con más fuerza y me quedo embelesada, desde mi refugio, mirando la fuerte lluvia, como corre el agua por la pendiente de mi calle, y como empieza a burbujear el pavimento.
Un relámpago cruza el cielo, después otro y otro, iluminando el oscuro horizonte y mostrando la verdadera intensidad de la lluvia.
Me gusta que llueva de noche, y me encanta salir a mi terraza a contemplar la lluvia, pero me gusta que durante el día brille el sol en el cielo azul.