UN LUGAR PARA SOÑAR

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puesta de sol en la Alhambra

miércoles, agosto 01, 2007

Contra el fuego


Otro verano más, la noticia que abre los telediarios son los incendios, los malditos y devastadores incendios que, poco a poco, están desertizando nuestro país. Quemada ya gran parte de Galicia, casi todo el litoral catalán, amplias zonas del Levante y numerosas extensiones castellanas, este año parece que el turno le ha tocado a Canarias.
¿Cómo puede considerarse ser humano un tipo que prende fuego de manera intencionada a un bosque, una pinada o, simplemente un monte? No hay nada más destructivo ni más incontrolable que un incendio en el monte, no sólo acaba con miles de plantas y árboles, destruye la tierra, que queda calcinada e inservible por mucho tiempo, acaba con animales, cultivos, casas,
la vida, los sacrificios e ilusiones de muchas personas, el oxígeno que respiramos, pero sobre todo, acaba lentamente con nuestro futuro.
Lo más terrible de todo es que el pirómano de Gran Canaria ha resultado ser un empleado forestal que finalizaba su contrato en el mes de Octubre. Una persona para vigilar que nada ocurriese en los montes ha acabado con miles de hectáreas, arrasando pinares, matorral, casas, pueblos y todo lo que el fuego ha encontrado a su paso.
¡Qué paradoja! Aquel que debe prevenir los incendios ha sido el causante del mayor fuego en Canarias, y, alega que lo hizo para que le renovaran un contrato laboral. Señor mío, esas no son formas, no ha dejado usted ya nada que vigilar, ni a partir de octubre, ni el año que viene, ni en mucho tiempo, y no sólo no ha defendido su trabajo, sino que ha acabado con el de muchísimas otras personas, y lo peor, ha marchitado las ilusiones de miles de vecinos, y, a todos, nos ha acortado un poco más la vida.
Canarias seguirá siendo un paraíso, se repondrá de este incendio y su principal fuente de riqueza, el turismo costero, no se verá afectado, pero, el que ha recorrido el interior de Gran Canaria y se ha topado con sus pinares, con las verdes cumbres de Tirajana, con los paisajes de sus barrancos, a partir de ahora echará de menos toda esa exuberante vegetación.
Este post está acompañado de algunas imágenes de algo que me temo que el fuego ya ha extinguido.

Ojalá no demos cuenta de que de verdad cuando el bosque se quema algo nuestro se quema, y llegue un verano en el que los incendios no sean el pan nuestro de cada telediario.

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