UN LUGAR PARA SOÑAR

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puesta de sol en la Alhambra

viernes, mayo 04, 2007

Nunca te acostarás sin saber una cosa más

Siempre he sentido una gran curiosidad por conocer el origen o el por qué de algunas de las frases que empleamos habitualmente. Aquí resumo unas cuantas, y más adelante, te contaré algunas más.
Todos hemos oído alguna vez la expresión "perderse por los cerros de Úbeda" para expresar que alguien se está distrayendo del tema central de una conversación, pero, ¿alguien conoce el verdadero origen de esta expresión?. Hay varias teorías, y todas coinciden en que la expresión se generó durante la Reconquista, en 1234 cuando el rey Fernando III el Santo se preparaba para tomar la ciudad de Úbeda. La versión que a mí más me gusta es que el rey estuvo durante largo rato esperando a uno de sus capitanes que no apareció hasta que la ciudad no estuvo ganada, y al preguntarle, el militar sólo supo responder que se había perdido por los cerros de la población a la búsqueda de una doncella mora que le había prometido sus favores. Como quiera que sea, parece ser que el capitán se perdió la batalla, y seguramente también las carantoñas de la morita.
Para la mayoría de las culturas el número 13 es el número de la mala suerte; para los cristianos el número 13 se asocia con el número de comensales que acudieron a la última cena, siendo el treceavo el que traicionó a Jesucristo. Pero, parece ser que culturas más antiguas, como la escandinava, la judía o incluso la egipcia ya consideraban maldito este número, aunque también sabemos que la religión católica, con tal de atraerse a los paganos, fue capaz de adaptar fechas, ideas, y actos de cualquier manera.
A buenas horas, mangas verdes, pero ¿quiénes eran los mangas verdes?, ¿existieron alguna vez? Pues parece ser que sí, que eran un cuerpo de policía creado por los Reyes Católicos para la persecución de delitos relacionados con la Inquisición; sus miembros vestían casacas con las mangas verdes y por lo visto no se caracterizaban por su puntualidad.
Cuando alguien quiere desear suerte, sobre todo si hablamos de espectáculos o de estrenos, no emplea la palabra suerte, si no mierda, o mejor aún, mucha mierda. El origen de esta expresión que sigue utilizándose en nuestros días hay que buscarlo en la época de los teatros de corralas, en los que el público acudía al teatro en carro de caballos. Cuantas más defecaciones equinas hubiera a la entrada del teatro, más público adinerado había acudido a ver la representación, por lo que la expresión ¡mucha mierda! significaba el deseo de que el teatro se llenase de ricos espectadores que hubieran acudido en su carruaje.
Y termino con una preciosa: tienes más cuento que Calleja. Pues es difícil tener más cuento que este señor, ya que don Saturnino Calleja tenía una editorial desde la que se dedicaba a la edición de cuentos para niños y jóvenes, así que un buen número debía de tener.
La próxima vez, más.

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