UN LUGAR PARA SOÑAR

UN LUGAR PARA SOÑAR
puesta de sol en la Alhambra

viernes, octubre 17, 2008

¡Cuánto tiempo ha pasado desde mi último post! Y la cantidad de cosas que han sucedido en este periodo...
La última vez que escribí, los españoles estábamos eufóricos tras haber ganado la Eurocopa de fútbol, y ni si quiera nos preocupábamos de esa crisis económica que el Gobierno se empeñaba en negar con eufemismos tales como proceso de desaceleración económica y que hoy es una realidad a nivel mundial. En lo deportivo soñábamos con hacer un buen papel en las olimpiadas en China, y, aunque no fue así, disfrutamos con la Selección Española de Baloncesto, con Rafa Nadal, con los ciclistas, las chicas de natación sincronizada, el balonmano, los regatistas y los piragüistas, mientras fracasábamos estrepitosamente en atletismo.

La burbuja inmobiliaria explotó finalmente, y la crisis y el paro llegaron de verdad, como en el cuento de Pedro y el lobo, pero, como siempre, las playas se llenaron de veraneantes y turistas, los bares siguen estando llenos y los fines de semana las carreteras vuelven a colapsarse.

Un avión estalló al despegar y practicamente todo el pasaje falleció; se rasgaron las vestiduras, el panico surgió y a la gente pareció olvidársele que anualmente el número de víctimas de la carretera es mucho más elevado, y que el avión sigue siendo el medio de transporte más seguro.

Los malos tratos y la violencia machista han seguido durante estos meses, pero algo ha cambiado. Un hombre permanece aún hospitalizado por enfrentarse a un maltratador, mientras la presunta víctima se enriquece de plató en plató defendiendo a un agresor y queriendo culpabilizar a un buen ser humano. Las televisiones siguen haciendo negocio con las miserias de los más miserables.

El verano llegó y pasó. Aunque no lo parezca por las temperaturas, estamos en otoño, un otoño que se instaló en nuestras vidas con lluvias, tormentas e inundaciones, cosas de la gota fría.

En cuanto a mí... poco ha cambiado. La familia aumentó con la llegada de una nueva princesa. La familia y los buenos amigos siguen estando a mi lado, los que no lo eran tanto, han desaparecido, al menos de momento. Sigo pariendo miles de ideas y proyectos; algunos se quedan en el camino, en otros me empecino y sé que saldrán adelante, aunque con esfuerzo.

En general puedo seguir diciendo que soy moderadamente feliz y tremendamente afortunada de tener a mi lado a los que tengo, y que, aunque a veces, nubarrones grises que no son del otoño se instalan en mi alma, sigo peleando intentando no caerme.

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