UN LUGAR PARA SOÑAR

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puesta de sol en la Alhambra

sábado, marzo 03, 2007

Sexo oral

Todos hablamos de sexo, no lo neguéis. Cuando nos reunimos un grupo de amigas íntimas, antes o después, vamos a terminar hablando de sexo. Ya sé que es un tópico, pero los hombres cuando se reunen, sólo tienen dos temas de conversación: deportes y sexo. Los adolescentes, pobrecitos míos, sólo piensan en sexo, y los preadolescentes, están más preocupados por el sexo de lo que sus padres se creen. En conclusión, todos hablamos de sexo.
Sin embargo, y siendo algo tan natural como la alimentación, la salud o el descanso hablar libremente de sexo y prácticas sexuales sigue siendo un tabú.
¿Por qué somos capaces de hablar con naturalidad ante un grupo de conocidos (o incluso de desconocidos) de temas tan íntimos como las creencias, las ideas políticas, la muerte o los sentimientos y sin embargo nos cuesta tanto expresar sin vergüenza nuestros deseos sexuales?
¿Quién se atreve a confesar públicamente que se masturba?, ¿quién no baja la voz cuando habla de la postura que más placer le provoca?.
Ya, sí, con nuestros íntimos, entre copas y risas... o en plan confesionario, pero, ¿con sinceridad?, ¿con naturalidad?.
A todos nos gusta el sexo, todos lo practicamos (unos más que otros), todos decimos que es algo natural, pero a la hora de la verdad no nos gusta hablar del tema, nos incomoda, e incluso algunas prácticas nos avergüenzan.
Malditos siglos de educación juedeocristiana y de represión, cuanto mal han hecho a la sociedad.

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