UN LUGAR PARA SOÑAR

UN LUGAR PARA SOÑAR
puesta de sol en la Alhambra

lunes, noviembre 27, 2006

Jóvenes cuarentones

Últimamente a mi alrededor oigo hablar del tema de la edad constantemente: que si la crisis de los cuarenta, que si me estoy haciendo mayor, que si los chavales me hablan de usted, que si yo me siento joven, que si los años no pasan en balde... ¡ ah, juventud, divino tesoro!
Algo tiene la juventud que nos gusta tanto y que nos da miedo abandonar, y es que dejar de ser joven y convertirte en adulto significa aceptar que se ha llegado a un desarrollo pleno, que ya no hay marcha atrás.
Yo me sigo sintiendo como una jovencita, aunque en proceso de maduración, pero ¿hasta qué edad se es joven?, ¿cuándo dejamos de ser jóvenes y pasamos a convertirnos en adultos?, ¿quién decide que yo ya no soy joven?
Para el Consejo de la Juventud de España yo ya hace mucho tiempo que dejé atrás la juventud, pues los socios de este organismo no pueden tener más de 30 años. Claro, que peor es si hacemos caso a la ONU que considera que se deja de ser joven después de cumplir los 25.
El Ayuntamiento de Madrid cada vez amplia más el plazo, por más que a mí nunca me pilla, y actualmente cifra la edad límite de la juventud en los 35 años: hasta esa edad se pueden pedir subvenciones para adquirir viviendas, se puede entrar en los planes de jóvenes creadores o diseñadores, se puede optar a premios y becas... pero una vez cumplidos los 35 es usted un adulto que debe tener resueltos sus asuntos familiares, laborales, educación y vivienda y que no debe necesitar la tutela o ayuda de ningún organismo.
Yo creo que definir la juventud con el único criterio de la edad es insuficiente; por supuesto habrá muchos que antes de los 30 años hayan llegado a una madurez total y consideren que la juventud es una época terminada, pero conozco a muchos para los que cumplir 40 años no significa dejar de ser jóvenes.
Es curioso, pero tu profesión muchas veces puede determinar más que tu edad tu juventud. Si eres deportista, a partir de los 35 años tu carrera está a punto de finalizar, y pasarás a ser veterano, pero si hablamos de directores de cine, escritores o políticos, ser cuarentón es ser todavía joven, basten los ejemplos de Fernando León de Aranoa, Lucía Extebarría o Maria de La Pau Gener. Y, no digamos nada si eres empresario, notario o catedrático, puestos que parecen estar pensados sólo para adultos canosos muy responsables y con una edad cercana a la jubilación.
En cuanto al aspecto físico, tampoco es un criterio válido, Isabel Preysler tiene mejor piel y mejor figura que sus hijas, y es que ya sabemos que hoy en día la cirugía, el bótox y el photoshop pueden rejuvenecernos como nunca habríamos soñado.
¿Familia y estabilidad como medida? Es cierto que cuando formas una familia adquieres nuevas responsabilidades y maduras de golpe, aunque no en todos los casos. Además, según esta idea, todos aquellos que no han formado su propia familia, o que no piensan formarla, seguirán siendo jóvenes de por vida; y todos aquellos que fueron padres a una edad temprana podrían recuperar su juventud una vez que sus hijos creciesen.
Sinceramente, la juventud no es cosa de la edad, no consiste en tener pocos años. Ser joven es conservar vivas las ilusiones, seguir anhelando y deseando, tener apetito por conocer cosas nuevas, por aprender algo más, es seguir teniendo miedo a lo desconocido, ilusión por lo que haya de llegar, tener sueños por cumplir, metas lejanas que alcanzar.
Mientras tengamos despierta nuestra capacidad para soñar nos mantendremos jóvenes, aunque tengamos que teñirnos las canas, correr menos metros en menos tiempo y sentarnos a descansar después de una juerga.Y para todos los jóvenes cuarentones amantes de las citas, os regalo esta de Víctor Hugo: “Los 40 son la edad madura de la juventud; los 50, la juventud de la edad madura.”




Las imágenes que acompañan son obras de Michele del Campo

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