UN LUGAR PARA SOÑAR

UN LUGAR PARA SOÑAR
puesta de sol en la Alhambra

viernes, junio 17, 2011

Dias de vino y rosas


Anoche, volví a ver un peliculón, "Días de vino y rosas" de Blake Edwards, de 1962. Aunque Blake Edwards para muchos es más reconocido por sus comedias, lo mismo que su protagonista, Jack Lemmon, este es un drama, un auténtico y literal drama sobre el alcoholismo.
Es un descenso a los infiernos del alcohol de una pareja, muy enamorada, capaz de autodestruirse por culpa de la bebida sin querer reconocer el problema. La pareja se convierte en un trío, la botella, o mejor dicho, las botellas empiezan a formar parte de su vida, parte de la pareja. Se empieza bebiendo para divertirse, para celebrar, para disfrutar, y se acaba bebiendo por una necesidad imperiosa de no estar sobrio, de no querer ver la realidad. Se cuentan mentiras a sí mismos, no se quieren reconocer como alcohólicos, lo intentan dejar para volver a caer, engañan a los que les rodean, hasta que en un momento dado, el marido, interpretado por Jack Lemmon, toca fondo y decide, plenamente convencido, iniciar una nueva vida sobrio. Pero, para entonces ha convertido a su esposa en una alcohólica irrecuperable, alguien que ya no quiere volver a estar sobria nunca más, porque no le gusta el mundo cuando está serena, alguien que no quiere ser salvada, una mujer que prefiere perder a su hija antes que dejar el alcohol.
Sinceramente, es tan magnífica como tremenda, y con unas actuaciones soberbias.
Me gustaría que se hiciesen más películas como esta, para que alguno, simplemente alguno, se diese cuenta y pudiese cambiar el rumbo antes de que sea demasiado tarde.
No entiendo a esos jóvenes de ahora que salen, no a divertirse, si no a emborracharse hasta perder el control, hasta no ser dueños de sus actos, fin de semana tras fin de semana. Porque el problema, no es el fin de semana de borrachera, que puede hacernos más o menos daño en el organismo, el problema surge cuando dejas de ser un bebedor social o un bebedor de fin de semana y empiezas a tomarte diariamente una copa o dos para irte más relajado a la cama. Si entonces no sabes parar, puede que pases a necesitar el alcohol para seguir viviendo, y no querrás reconocerlo. Y hablo del alcochol como podría hablar de cualquier otra sustancia que domine nuestra vida.
En los colegios e institutos deberían de volver a poner películas, invitar a los chicos a verlas y que luego hicieran una reflexión. No se trata de moralina, se trata de realidad, y, a veces, lo que no eres capaz de reconocer a tu alrededor, lo haces a través de una pantalla.

No hay comentarios: