Ya está aquí, ya llegó; adiós sombrilla, hola paraguas; hasta el próximo verano sandalias, toca sacar la gabardina del ropero; cambio bronceador por gorro de lluvia.
Después de tres días consecutivos de chaparrón, con la humedad calándome hasta los huesos y el pañuelo siempre a mano sólo puedo decir bienvenido otoño.
(En breve os contaré un divertido fin de semana pasadísimo por agua...)
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