
Tengo una amigo que me dice que no hay que mirar atrás, que el pasado sólo es pasado y que hay que vivir el presente pensando en el futuro. De acuerdo, pero ¿qué hay de malo en mirar el pasado cuando el presente no te gusta y el futuro se presenta con pocas esperanzas y muchas incertidumbres?
A veces, echar la vista atrás es bueno, nos recuerda quién fuimos, qué queríamos ser, dónde queríamos llegar. También nos recuerda de dónde veníamos y a dónde hemos llegado, qué hemos alcanzado y qué hemos dejado por el camino.
A veces, echar la vista atrás es bueno, nos recuerda quién fuimos, qué queríamos ser, dónde queríamos llegar. También nos recuerda de dónde veníamos y a dónde hemos llegado, qué hemos alcanzado y qué hemos dejado por el camino.
Recordar el pasado sirve para descubrir aquellos errores que no queremos volver a cometer, y, también para comprobar que hubo aciertos que merecen la pena volver a lograrse.
Todos tenemos un pasado, y de ese, por mucho que queramos, no podemos, escapar; somos producto de las elecciones que hicimos ayer. Nuestro presente y el futuro están marcados por él, así que no te arrepientas nunca de lo vivido antes, asúmelo y aprende de ello.
Y, si tu pasado fue bueno, nada hay de malo en refugiarse en él de cuando en cuando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario